Ya hemos señalado en alguna ocasión anterior en este blog como uno de los usos fundamentales que podemos dar a las fincas rústicas es su uso para la caza. Una actividad que para muchos es un gran placer con el que disfrutar de la naturaleza mientras que otros la ven como un serio problema para el medio ambiente. Pero los últimos estudios que se han realizado al respecto aseguran que ir a cazar a fincas rústicas no sólo no acaba con las especies protegidas, sino que incluso puede ayudar a mantenerlas.
Un tema que hasta ahora se había visto como un enemigo del lince ibérico era la caza, pero recientes estudios han comprobado que puede llegar a ser incluso una ventaja.
Obviamente, para que las fincas rústicas de caza sean una verdadera ayuda para la protección del lice es imprescindible que tanto los que se decidan a comprar fincas en venta con este fin como aquellos que vayan allí a practicar su deporte favorito tengan en cuenta una serie de reglas fundamentales. La primera está clara: no cazar nunca a un lince ibérico. Y la segunda es no cazar tampoco a aquellos animales que forman parte de la dieta habitual del lince, como es el caso de los conejos. Pero siempre y cuando se cumplan estas dos normas en las fincas rústicas el lince estará siempre mucho más protegido. Especialmente porque en este tipo de lugares siempre hay un dueño que se encarga de que se cumplan una serie de normas básicas, lo que evita los problemas provocados por la aparición de cazadores furtivos.
Muchos de los responsables de fincas rústicas están estudiando que este tipo de acciones para proteger a determinadas especies con el respeto de los cazadores pueden extenderse más allá del lince. El lobo ibérico es una de las especies para las que también se podrían establecer acciones de protección en aquellos lugares en los que se suele cazar. Así que los intentos de proteger el medio ambiente no deben convertirse en algo que nos quite las ganas de empezar a mirar anuncios de «vendo finca».
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